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Posts Tagged ‘Juan María Arzak’

«Loco por los Fogones» ha tenido el gusto de charlar con María Margüello (Valladolid, 1984), una joven promesa de la cocina. A sus 24 años, María gestiona, en la localidad de Peñafiel, uno de los restaurantes más importantes y reconocidos de Castilla y León (Asados Mauro). Nos ha contado sus anécdotas y sus experiencias  a  la hora de servir a personalidades  gastronómicas tan ilustres como los mismísimos Ferrán Adrià y Juan María Arzak. Pero más que presumir, esta chef está dispuesta a defender los derechos de los trabajadores hosteleros, ya que, para ella, los platos elaborados por los grandes de la gastronomía no lucirían igual sin el servicio de un buen camarero.

El mundo profesional de la gastronomía ha sido, durante largas décadas, un terreno dominado por hombres.  Pero, en la actualidad, las mujeres vienen pisando fuerte.  María Margüello, una joven vallisoletana que derrocha naturalidad y profesionalidad en todo momento, es una de las integrantes de esta revolución gastronómica. Orgullosa de su tierra y de sus manjares, esta chef puede presumir de «haber nacido entre manteles» y de conocer los entresijos de  la hostelería.  En Asados Mauro, restaurante que lleva con su familia en Peñafiel, ha vivido lo duro y lo satisfactorio que puede llegar a ser el mundo gastronómico. Durante nuestra larga  y distendida conversación telefónica, en la que María se mantuvo atenta y simpática, notamos que en su voz se nota ya, a pesar de su juventud, la veteranía de una mujer que ha trabajado muy duro, que se ha tuteado con los chefs más reconocidos y que no duda en defender los derechos de las personas que se dejan la piel cada día en sus negocios.

María Margüello preparada para un día de duro trabajo / Virginia Margüello

María Margüello preparada para un día de duro trabajo / Virginia Margüello

Pregunta: Antes de conocer a fondo su trayectoria personal y profesional, me gustaría preguntarle por un compromiso muy importante que tuvo hace unos días. Asados Mauro, el restaurante que lleva con su familia, sirvió una comida muy importante dentro los actos conmemorativos del Museo del Vino del Castillo de Peñafiel. ¿Hubo presión dentro de su equipo por servir a personalidades tan importantes como Ferrán Adrià?

Respuesta: No. En momentos como éste, procuramos pensar que estas comidas son un compromiso más, pero sí que es cierto que, aunque llenan de orgullo, acontecimientos tan relevantes como este siempre imponen. La comida no fue complicada, porque a nuestro restaurante se le encargó asar el lechazo. Los invitados quedaron muy contentos, entre ellos Adrià. Por motivos profesionales, tuvo que marchase temprano, pero pude entablar conversación con él antes de que se fuera y también para hacerme alguna foto.

P: Imagino que estos acontecimientos deben llenar mucho a una persona que disfruta con la gastronomía. ¿De dónde viene esa entrega?

R: Viene de largo. (Risas). Se podría decir que he nacido entre manteles, porque como mi familia tiene un restaurante,siempre he estado vinculada a ello. El día que mi padre y mi tío se jubilen, habrá que seguir con la tradición, ¡no queda otra! (Se para pensativa). A pesar de que siempre me ha gustado el tema, cuando terminé el bachillerato no tenía a la hostelería como una de mis primeras prioridades. Al final me incliné por ello aun sabiendo perfectamente que me metía en una profesión muy dura y comprometida. Los fines de semana, cuando la gente está saliendo de fiesta o disfruta de su tiempo libre, a ti te toca trabajar. ¡Qué se le va a hacer! Es una profesión sacrificada y muy poco agradecida, pero si te gusta de verdad, aguantas lo que sea: 24 horas, siete días a la semana y lo que sea necesario.

P: Después de esas dudas iniciales, te inclinaste por estudiar hostelería en la escuela de Artxanda en Bilbao.

R: Allí es donde aprendí de verdad de qué iba el negocio (Risas).  Dediqué los cuatro años que estuve en Bilbao para titularme en dos grados y el posgrado, hacer prácticas en el restaurante del museo Guggenheim y ser profesora de mi propia escuela.  Y, por las tardes, buscaba tiempo libre para poder sacarme el título de sumiller. ¡No paraba!

P: Después de su paso por la escuela, decidió ampliar fronteras e irse a Inglaterra. Fue allí donde estudió la licenciatura en Gestión Hostelera [en inglés].

R: La escuela de Artxanda me ofertó una ampliación de estudios gracias al Convenio que tiene desde hace años con la Universidad de Conventry [en inglés]. Cursé mis estudios durante un año en esa ciudad inglesa, aunque también estuve perfeccionando mi inglés, conociendo la cultura, el país, la gente… ¡Pero que conste que no me fui ni de Erasmus ni nada parecido! (Risas). Era importante que me sacara la licenciatura, ya que sólo así podía tener un título a nivel internacional. Es una lástima que, en España, la hostelería todavía no esté reconocida como una carrera universitaria.

P: Grado medio, grado superior, título de sumiller, posgrado, licenciatura… ¿Le quedan más títulos que colgar en la pared?

R: (Se ríe nerviosa). Ahora, en el momento de hablar de ello, es cuando hago recuento de títulos. No suelo pararme a pensarlo, es algo que forma parte del estudio y de mi formación. Suelo centrarme más en el día a día, especialmente, en la organización del restaurante familiar. Los títulos siempre están en la pared. La familia y el negocio, no.

María prepara, concentrada, la presentación de unos los platos que se sirven en los banquetes de "Asados Mauro" / Virginia Margüello

María prepara, concentrada, la presentación de unos los platos que se sirven en los banquetes de "Asados Mauro" / Virginia Margüello

P: Acaba de mencionar su restaurante familiar. ¿Cómo definiría entonces a Asados Mauro?

R: Asados Mauro es un restaurante familiar situado en Peñafiel, un pueblo medieval que tiene un castillo precioso. Es el típico, típico, típico restaurante castellano que ha trabajado, desde sus inicios, con el lechazo asado. El problema que encontramos es que Peñafiel es un sitio de costumbres donde se limita mucho la oferta de plato, el menú se centra mucho en el cordero y es muy complicado trabajar con pescado u otros platos diferentes que estén bien elaborados. Por ello, siempre he visto muy difícil que la gente acepte cambios y nuevos añadidos en los menús con los que trabajamos.

P: ¿Cómo lleva la mezcla de trabajo y familia?

R: (Risas) Bien, bien. Por un lado, es agradable trabajar con los tuyos, ya que todo queda en casa. Por otro, se hace difícil: estar las 24 horas del día lidiando con la familia puede desgastar mucho. Es una experiencia que sólo se puede vivir, pero muy complicada de explicar. Además, ¿no se suele decir que los negocios familiares son los más rentables?

P: Ahora que saca el tema de la rentabilidad económica. La crisis está en todos los lados, ¿también está presente en la gastronomía?

R: Hasta antes de esta Semana Santa, en nuestro restaurante no lo habíamos notado. Todo parecía ir normal, aunque sí que es verdad que, si lo comparamos con años anteriores, la clientela se ha reducido. Ahora con la crisis, la gente sólo pregunta por los precios. Las personas que vienen ya no piden reservas o crianzas como las botellas de la bodega de Carraovejas, sino el vino de la casa que ha pasado a ser la estrella de la carta.  Si lo pensamos fríamente, en la actualidad, el cliente sólo tiene dinero en su billetera para el lechazo o el menú del día: los caprichos han desaparecido.

P: En Asados Mauro se sirve comida tradicional, pero, ¿usted qué prefiere, lo tradicional o el nuevo diseño dentro de la gastronomía?

R: Tendrías que preguntárselo a mi padre… Él se llevaría siempre el bocadillo de jamón a todas partes. (Risas). La buena cocina está entre lo tradicional y la innovación, tampoco hay que pasarse a la hora de ser innovadores. Si te fijas en mi caso, yo tengo unos límites impuestos por la zona en donde trabajamos y no me puedo poner a innovar en una carta tan cerrada y dentro de un pueblo que no puede aceptar de manera tan rápida unos cambios en la oferta gastronómica. Pero ahora que sacas el tema del nuevo diseño, sí que tengo en mente crear un menú especial con otro tipo de platos que se salgan un poco del mundo de lechazo, la morcilla y de los manjares típicos de Castilla. Es la única manera que tengo de ir metiendo cosas nuevas poquito a poco y entrar en la buena cocina, esa que mezcla tradición e innovación.

Una de las creaciones de esta promesa de la gastronomía española / María Margüello

Una de las creaciones de esta promesa de la gastronomía española / María Margüello

P: Castilla y León tiene una gastronomía muy destacada, pero no es tan reconocida como la de otras Comunidades. ¿Cree entonces que merece el mismo reconocimiento las cocinas vasca y catalana?

R: Castilla y León no está valorada como se merece, pero la cuestión va por otro lado. La cocina vasca y catalana tienen una larga historia. Arzak y compañía fueron los encargados de crear escuela  en nuestro país. ¡Por algo será que el dicho “donde mejor se come es en el País Vasco”! Quieras o no, la cocina de Castilla y León es mucho más tradicional: con su lechazo, cochinillo de Segovia, la morcilla de Burgos… En Valladolid, por ejemplo, casi no hay restaurantes con cocina innovadora, pero poco a poco se están haciendo hueco. El ejemplo claro son“Los Zagales”, un restaurante que está recibiendo muchos premios gracias a sus pinchos. Es un establecimiento que mezcla innovación y tradición. Ése el camino por el que se está optando y que yo creo que es el más adecuado.

P: Si mira desde una perspectiva más general, ¿qué opinión le merece la situación tan dulce que está viviendo actualmente la gastronomía española (algo de lo que  ya hablamos la semana pasada en «Loco por los fogones»)?

R: Estamos viviendo una situación muy buena. Tenemos cuatro restaurantes entre los diez primeros del mundo y eso nos proyecta como una gastronomía muy fuerte, por lo que no nos podemos quejar. No obstante, ese poderío predomina en zonas concretas (El País Vasco y Cataluña), por lo que, habrá que potenciar más al resto de Comunidades. También podemos dar de qué hablar el resto, ¿no crees? (Risas)

P: Hace pocas semanas, Adrià fue elegido «mejor chef del mundo» en Estados Unidos. ¿Cree que nuestros cocineros merecen tantos reconocimientos?

R: Sí, por supuesto,  pero no debemos olvidar que hay otros muchos cocineros a los que no se les reconoce tanto la labor. Adrià, Arzak, Berasategui, Aduriz, etc están haciendo un gran trabajo y, como están todos los días presentes en los medios de comunicación por sus creaciones, es normal que sean premiados. Siempre va a haber cocineros que no van a ser tan reconocidos, pero eso no les quita su mérito y su trabajo. Además, se habla mucho de la cocina, pero, ¿y del servicio? Esá siendo muy maltratado y olvidado dentro del mundo de la gastronomía. Los platos de Adrià o de Arzak no lucirían  igual en la mesa sin el servicio de un buen camarero. ¿Por qué nos olvidamos siempre de este aspecto? El servicio es un factor importantísimo y lo estamos dejando de lado.

P: Parece que tiene las cosas muy claras, pero, ¿ha pensado ya qué le deparará el futuro?

R: (Suspira) Es díficil saberlo. A corto plazo, tengo en mente meter más platos en la carta de bodas y dar cenas con menú especial en el restaurante. En septiembre, durante la temporada baja, tengo pensado en irme de nuevo a estudiar fuera. En esta profesión siempre está bien aprender cosas nuevas.

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La gastronomía española se ha embarcado en una aventura repleta de reconocimientos que la han convertido, en muy pocos años, en el referente mundial por encima de las míticas cocinas italiana y francesa. Cuatro de los diez chefs que lideran el top 10 de la cocina internacional son españoles: Juan María Arzak, Joan Roca, Andoni Luis Aduriz y Ferrán Adrià, éste último premiado junto a su restaurante, El Bulli, como los mejores del año. Hoy más que nunca, la gastronomía española se escribe con mayúsculas gracias a estos «cuatro fantásticos de la cocina».

De izquierda a derecha, "Los cuatro fantásticos de la cocina española": Juan Mari Arzak, Joan Roca, Ferran Adrià y Andoni Luis Aduriz, en el londinense Hyde Park/ Xavier Cervera

De izquierda a derecha, "Los cuatro fantásticos de la cocina española": Juan Mari Arzak, Joan Roca, Ferran Adrià y Andoni Luis Aduriz, en el londinense Hyde Park/ Xavier Cervera

Expertos y comensales de todo el mundo admiran la capacidad de innovar, la creatividad y la riqueza de ingredientes que caracterizan a una cocina que no para de recibir buenas noticias. «Es el día más feliz de mi vida profesional. Es un sueño que me hayan declarado cinco veces el número uno, a eso sólo se llega una vez. Y estoy inmensamente feliz por la cocina española, es la superconsolidación. ¡Cuatro españoles entre los 10 primeros!». Con estas palabras de agradecimiento, respondía Ferrán Adrià al diario El País tras conocer The S.Pellegrino World’s 50 Best Restaurants [en inglés], el ranking de los 50 mejores cocineros y restaurantes del mundo en 2009. Un año más, la gastronomía española está en boca de todos.

La publicación de esta lista elaborada por la revista británica Restaurant [en inglés] inundó de alegría a los representantes españoles, especialmente a Joan Roca, el más principiante de todos. «No me lo esperaba. Es un premio al esfuerzo que hemos hecho todos los hermanos en el Celler de Can Roca», afirmó a la agencia Efe tras conocer los resultados de este ranking que se lleva publicando desde 2001. El chef catalán tardó en asimilarlo, ya que el año pasado había caído 15 posiciones en su puntuación, desde el puesto 11º al 26º. Pero, en 2009, las cosas han cambiado, ya que Roca ha logrado un merecido quinto puesto con su restaurante familiar Celler de Can Roca. Sus compañeros de profesión, que no dudaron en darle la enhorabuena durante su encuentro, también han sido reconocidos por Restaurant: Juan Mari Arzak repite en la octava posición con su establecimiento, Andoni Luis Aduriz y su Mugaritz se mantienen en el cuarto lugar que ya lograron en 2008 y el multipremiado Ferràn Adrià, que lidera la lista por quinta vez, se proclama con su restaurante, El Bulli, como los mejores del mundo.

Postre ideado por Adrià y Arzak / Flickr

Postre ideado por Adrià y Arzak / Flickr

No obstante, la lista de Restaurant Magazine, a pesar de que se ha consolidado como uno de los referentes que califican la calidad de la gastronomía de todos los países, no se ha librado de las críticas de muchos expertos. El descontento se centra en que hay un gran número de restaurantes europeos y norteamericanos elegidos en esa lista y que se está ignorando a los representantes de otros continentes. En respuesta a estas acusaciones, la organización de la revista británica asegura que siempre ha intentado que la lista sea cada vez más internacional y variada.

«La era Adrià»

Polémicas aparte, Adrià parece encontrarse muy cómodo en la primera posición que le otorga  Restaurant, ya que también ha obtenido el mismo puesto en 2002, 2006, 2007 y 2008, tres veces de manera consecutiva. Este año los galardones se le han acumulado en la estantería y seguramente tenga que ampliarla. Hace pocas semanas era elegido Chef del año en Estados Unidos por la escuela The Culinary Institute of America. En la misma gala de entrega, que se celebró en Nueva York,  también era galardonado con el Augie por su amigo el cocinero José Andrés, presentador de la gala. Con este premio se le vuelve a reconocer por su labor y renovación de la cocina tradicional. Además, la crítica gastronómica especializada considera  a El Bulli como el mejor restaurante del mundo. Cada año el establecimiento de Adrià, localizado en Las Rosas (Girona), recibe miles de visitas de clientes procedentes de cualquier parte del planeta.

Adrià, que domina a la perfección las claves del negocio empresarial, también se atreve con la literatura: ha publicado A Day at El Bulli («Un día en El Bulli») y el reciente «Comer para pensar. Pensar para comer» que cuenta con una portada realizada por el creador de Los Simpson, Matt Groening. «Profesionalmente, después de este libro ya me puedo morir» , declaró en la presentación de su obra la semana pasada. Y es que a este «hombre orquesta de la gastronomía», criticado en muchas ocasiones por su «cocina de deconstrucción» y de hidrógeno, especialmente por el chef español Santi Santamaría, ha acaparado las portadas de centenares de publicaciones internacionales. La mítica revista norteamericana Time le considera una de las personas más influyentes del mundo en los últimos años. En definitiva, una larga lista de reconocimientos han hecho de Adrià una de las figuras más importantes de la gastronomía española y mundial de las últimas décadas.

[Vídeo promocional de A day at El Bulli (duración: 1:32)]

El gran imperio gastronómico español

Pero «la era Adrià» no es el único foco de atención de los amantes de los fogones. En nuestro país hay un gran cúmulo de escuelas de hostelería repartidas por toda la geografía. Están lideradas por maestros reconocidos a nivel internacional, de la talla de Juan María Arzak, que desde hace décadas ha representado la fuerza y el potencial de la cocina vasca. Martín Berasategui o Andoni Luis Aduriz son otros dos representantes de los muchos que abundan en el País Vasco y que tanta influencia han otorgado a la gastronomía española. Cataluña ha ofrecido una gran cantera, liderada ahora por un Adrià que ha revolucionado las bases de la cocina. Pero, si hablamos de escuela hostelera no podemos olvidar a otras regiones como Madrid, Castilla y León o Valencia, Comunidades que han sido galardonadas en numerosas ocasiones a lo largo de las últimas décadas. Tampoco a otros chefs menos reconocidos como el madrileño Ángel Palacio, tres veces campeón del mundo de cocineros en el certamen Bocuse d´Or [en inglés].

Por su diversidad de cocineros, productos, culturas, climas, historia, evolución e innovación, la gastronomía española ha cautivado al mundo. Japón o Estados Unidos son dos de las superpotencias que han terminado por sucumbir a los encantos culinarios españoles. La expectación generada está siendo tan grande que la actriz Gwyneth Paltrow [en inglés], que aprendió español en la localidad toledana de Talavera de la Reina, ha prestado su imagen para «Spain… on the road again» [en inglés], una serie de reportajes sobre la cocina española que fueron emitidos en la televisión norteamericana. El imperio gastronómico español no acaba más que empezar. Como bien afirma la revista especializada Euroresidentes, al igual que es la hora de que los vinos españoles de la Ribera del Duero o Rioja triunfen en el mundo, o de un Ferrán Adrià que secuestra las portadas de los diarios más influyentes del planeta, se acaba de abrir una puerta para nuestra gastronomía, una puerta que se abre con fuerza y que cuanto más se conoce, más se admira. Hoy más que nunca la gastronomía española se escribe con mayúsculas.

[Teaser del capítulo "Spain, on the road again" en La Mancha(0:30]

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Después de una votación muy discutida dentro del jurado presidido por Juan María Arzak, Juan Rodríguez Morilla se ha convertido en el vencedor del «XII Campeonato de España de cocineros». El chef andaluz, que ha conseguido desbancar a los representantes de Madrid tras años de liderazgo, representará a nuestro país en el «Campeonato Mundial Bocuse d´Or» que se celebrará en Lyon en 2011.

El campeón Juan Rodríguez Morilla y su ayudante besando el premio/Efe

El campeón Juan Rodríguez Morilla y su ayudante besando el premio/Efe

El Campeón de España de cocineros ya tiene nombre: Juan Rodríguez Morilla. Después de dos días de intenso trabajo y de una votación muy reñida, este joven chef andaluz, de 28 años, se ha alzado con el oro en un certamen que entraba dentro  del «XXIII Salón Internacional del Club Gourmets». El resto del podio lo completan Javier Alonso Gómez, del restaurante madrileño El Casino, y Jesús Garoz Morales, del restaurante del Hotel Beatriz (Toledo). Con sus dos platos «Lomo de bacalao noruego con cangrejo real y salsa meniere», y «Popietas de solomillo de ternera de Extremadura trufado con salsa Royal» convenció a un jurado presidido por el maestro vasco José María Arzak.

Tras conocer la noticia, las declaraciones del vencedor no se hicieron esperar. «Se lo dedico a mi niño Diego y a mi mujer, a quien le debo todo», declaraba Rodríguez con mucha emoción a los medios allí presentes tras haber recibido el premio en manos de la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa. El chef andaluz, que cocina desde hace seis años para el restaurante El Claustro del Hotel AC Palacio de Santa Paula (Granada), no dudó en compatir este reconocimiento con su Comunidad Autónoma. Así, tras varios años de dominio por parte del cocinero y campeón del mundo Ángel Palacio, del  restaurante madrileño La Broche, Rodríguez se lleva el premio a Andalucía.

Como ganador del certamen, esta joven promesa gastronómica se convierte en el elegido para ser el representante de España en el  «Campeonato Mundial Bocuse d´Or», que lleva el nombre del famoso cocinero francés fundador de la nouvelle cuisine. En declaraciones a la Agencia Efe, Rodríguez ha admitido la dificultad que entraña vencer en dicho concurso que se celebrará en 2011.  «Todos los concursantes lo tendremos igual de difícil», afirma. No obstante, antes de acudir a la final de Lyon, lugar donde se celebrará el concurso, el chef andaluz deberá competir dentro de un par de años en las seminifinales europeas que tendrán su sede en Suiza.

Juan Rodríguez (arriba, quinto por la izquierda) posó con el resto de los participantes del certamen

Juan Rodríguez (arriba, quinto por la izquierda) posó con el resto de los participantes del certamen / Efe

Por otra parte, la polémica no se ha hecho esperar. Pocos días después de que se diera por concluido este campeonato gastronómico nacional, los medios de comunicación se hicieron eco de las críticas surgidas. Según una información publicada por el diario La Voz de Galicia, se proporcionó a los concursantes alimentos en malas condiciones. «Nos dieron mal foie, tempura de súper y setas congeladas», afirmaron Álvaro Gantes e Iria Espinosa, cocineros del restaurante Alborada, afincado en La Coruña, y participantes del certamen de este año. A pesar de esta queja, Espinosa advirtió que está muy satisfecha por ser nombrada «mejor ayudante», reconocimiento que recibió en el certamen. No obstante, ha resaltado que «dieron mucho mejor producto en el Campeonato de Galicia», concurso que ambos ganaron hace un mes.

Polémicas aparte, Juan María Arzak, presidente del jurado de la competición, ha expresado su satisfacción por el resultado y no ha dudado en elogiar la cocina innovadora y personal que elabora el ganador. El maestro vasco, premiado en múltiples ocasiones y dueño del famoso restaurante que lleva su nombre, resalta que las creaciones de Rodríguez  se nutren de productos de la tierra y de sabores auténticos. Estas, entre otras muchas, fueron las razones que convencieron al jurado de expertos cocineros que le acompañaban durante los dos días que duró el concurso. En contestación a los halagos de Arzak, Rodríguez ha prometido trabajar muy duro en sus próximos compromisos gastronómicos. El chef espera que con sus platos,  en los que «se cuida hasta el mínimo detalle», pueda conseguir buenos resultados y resaltar aún más la imagen de la gastronomía española a nivel mundial.

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